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Uno de los principales problemas de las ciudades es la contaminación: el CO2 que emiten los vehículos es peligroso para sus habitantes, pero no son los únicos causantes. Hay otros agentes que expulsan al aire partículas perjudiciales para los humanos: el moho debido a la humedad, los ácaros del polvo, el tabaco, los perfumes y ambientadores, insecticidas, productos de limpieza, los muebles, las partículas que proceden de la pintura de las paredes… Los alérgicos también lo pasan mal en las épocas del año con mayores índices de polen. Los expertos ya han alertado en varias ocasiones que la calidad del aire puede llegar a ser peor en los hogares que en la calle, a pie de tráfico.
Limpiar la casa a fondo no supone necesariamente tener un aire de mejor calidad, ya que los productos limpiadores y la vida en casa aumentan las partículas en suspensión dañinas que hay en su interior. Así lo reveló hace unos meses el estudio 'HOMEChem', que analizó durante un mes el aire de varias viviendas en Austin (Texas, EE.UU). Esta contaminación por partículas se relaciona con enfermedades respiratorias, ataques cardiacos y accidentes cardiovasculares.
HOMEChem es solo una confirmación más de un hecho conocido desde hace años. La Unión Europea ya abordó la calidad del aire en el interior de los hogares, ya que si es de mala calidad y alberga demasiadas partículas en suspensión puede tener consecuencias nocivas para la salud. Un dictamen de 2008 establece algunas de las sustancias que determinan la calidad del aire del interior de las viviendas: las partículas en suspensión pueden tener efectos nocivos en el sistema respiratorio; el moho y los virus pueden provocar asma y alergias; los animales domésticos y los dañinos como cucarachas y ratones pueden ser una fuente de alérgenos; y la humedad alta favorece la aparición de moho y ácaros del polvo. Hasta importa si la pintura de las paredes es antigua y contiene plomo; el material impreso; el incienso o las velas.
Ninguna de esas micropartículas dañinas se ve a simple vista, al igual que otro de los contaminantes que más preocupa: el radón, que se encuentra de formas natural en algunas regiones de Europa. Éste es capaz de penetrar en los edificios y puede provocar cáncer de pulmón.
Los segmentos de población a los que más afectan los contaminantes son los niños, las mujeres embarazadas, los ancianos y las personas que padecen enfermedadoes cardiovasculare o respiratorias.
Entre las recomendaciones más habituales de los expertos están las siguientes:
● Ventilar cada día toda la casa un par de veces.
● Comprar productos ecológicos y que emitan menos partículas nocivas. A la hora de limpiar es preferible utilizar productos naturales como el bicarbonato o el vinagre.
● Procurar que no se acumule el polvo.
● Controlar la humedad que hay en casa y actuar si se detecta moho.
● No utilizar con demasiada frecuencia ambientadores.
● Dejar de fumar en casa.
● Utilizar una calefacción buena y aislante.
Además de estas medidas, se pueden utilizar purificadores, que absorben el aire y lo hacen pasar a través de distintos filtros en los que quedan capturadas estas micropartículas (incluso los olores). El más famoso es el filtro HEPA, que llega a eliminar hasta el 99,97% de las partículas del aire, lo que incluye el polen, las esporas de moho, los ácaros del polvo y otros alérgenos, pero no sirven para los vapores, los productos químicos, los olores ni el humo de cigarrillo, que sí logra eliminar un filtro de carbón activo.
Algunos purificadores utilizan filtros iónicos, con un generador de iones negativos que captura el polvo y las partículas, aunque no elimina el polvo ni los alérgenos (y suele generar ozono como subproducto, peligroso si se inhala directamente).
Hay otros purificadores utilizan luz ultravioleta para acabar con las bacterias y otros patógenos, pero no sirven para combatir el polvo, los alérgenos ni las partículas sólidas.
En el mercado hay una variedad amplísima de dispositivos pensados para absorber la mayoría de las partículas en suspensión dañinas:
Elimina el 99,97% de las partículas de menos de 0,3 micras gracias a sus filtros HEPA, a los que hay que añadir un filtro primario y otro de carbón activado. Se controla de forma remota con la aplicación de Mi Home. Envía ráfagas de aire por toda la habitación cuyo caudal se puede regular. Limpia hasta 260m3/h sin hacer casi ruido y con un consumo de 4,8W. Está inspirado en los motores de los aviones: atrae el aire sucio a través de la base y lo propulsa desde la parte superior.
El filtro primario es capaz de eliminar polvo y humos condensados; papel, madera y otras partículas diminutas; fibras vegetales como el polen y el algodón; el pelo humano y las pieles de animales. El filtro HEPA elimina las partículas más pequeñas, la caspa de las mascotas, las bacterias y los patógenos; y el de carbón activo filtra el formaldehído, las sustancias peligrosas del cuarto de baño, los residuos domésticos y renueva la atmósfera de la casa sin amoníaco ni radón. Incluso elimina los olores y el humo. Estas tres capas están juntas para que sea más fácil cambiarlas. Precio: 129,99€
Capta el 99,97% de las partículas que pasan por los filtros, hasta las ultrafinas de 0,00002mm, lo que reduce alérgenos, gases y olores. Pensado para una habitación grande con un tamaño de hasta 95 metros cuadradso.
El sensor de partículas AeraSense realiza un seguimiento de la calidad del aire y enciende el aparato cuando es necesario, ofreciendo información en tiempo real. La gama de purificadores de Philips incluye otros aparatos para habitaciones más pequeñas. Precio: 479,99€.
7 filtros en 1 con prefiltro y filtros True-HEPA y de carbón activo (nano mineral, de catalizador frío, de catalizador fotográfico y colador molecular). Elimina el 99,97% de partículas de polvo, polen, bacterias, esporas de moho, olores de mascotas, humo y partículas de 0,1 micras. Limpia 260m3/h en superficies de hasta 33m2 y refresca el aire de la habitación en 10 minutos.
El modo automático detecta la calidad del aire ambiente y acelera el proceso de limpieza si es necesario. Con modo sueño muy silencioso para la noche, y también se puede programar. Con luz ultravioleta para matar moho, bacterias y virus y que los gérmenes no crezcan en los filtros. Utiliza tecnología Anion, un generador de iones que crea ozono; los iones limpian el aire al quedarse unidos a las partículas que hay en éste y mantenerlas dentro del purificador. Los filtros cuestan unos 20€. Precio: 200€.
Filtra el 99,97% del polvo, humo, polen, olores, caspa de mascotas y esporas de moho; partículas hasta de 0,3 micras y las más grandes como PM 2.5. Filtra en cuatro etapas: prefiltro, HEPA, carbón activado y catalizador frío, lo que le permite absorber formaldehído, benceno, xileno, tolueno, TVOC y otros gases nocivos. Es de tamaño reducido aunque tiene 22 vatios de potencia y limpia 150m3/h.
Tiene tres intensidades y se puede programar un temporizador de hasta 8 horas. No supera los 50db con el uso normal y también integra un modo silencioso para la noche. Sirve para habitaciones de hasta 25m2. ¿Su precio? 67€.
Es una opción para lugares muy pequeños. Funciona con una conexión USB y utiliza un solo botón para encender o elegir el modo de funcionamiento diario y nocturno. Tiene filtro HEPA que limpia el 99,97% de las partículas y opción de utilizar aceites esenciales para perfumar la habitación. Sirve para limpiar una habitación de 5 a 10 metros cuadrados. Pesa 753g. A la venta en Amazon por 35,99€.